ENSAYO

CÓMO ORDENAR UNA BIBLIOTECA

ROBERTO CALASSO

(Anagrama – Barcelona)

La pregunta que se hace Roberto Calasso la hemos formulado nosotros mismos: ¿Cómo ordenar la propia biblioteca?

Se trata de un tema metafísico que nos lleva a reflexionar sobre el orden y la entropía, sabemos también que no hay un único orden y que tampoco es perfecto.

Ordenamos libros siguiendo diversos criterios y según nos dice Calasso, podemos seguir un orden diacrónico o sincrónico a la vez, geológico (según estratos sucesivos), histórico, funcional (qué libros necesitamos cerca del escritorio, en la mesa de luz o en el sillón junto a la ventana preferida). A veces toda la casa resulta ser una inmensa y variada biblioteca.

Para Roberto Calasso “la única regla áurea es la del buen vecino”, una regla que ha sido formulada por Aby Warburg, según la cual en la biblioteca perfecta, cuando se busca un determinado libro, se termina por tomar el que está al lado y que resultará, sin duda, más útil que el que estábamos buscando.

En efecto, el axioma de la biblioteca de Warburg es que el libro que se está buscando es, en realidad, el que está al lado del que uno va a buscar. Cuando recorremos y llegamos a conocer la biblioteca, ya no necesitamos catálogos porque sabemos que el libro está vinculado con otros por alguna razón.

La biblioteca de Aby Warburg fue inaugurada en Hamburgo en 1926 y seguía el criterio de reproducir en el espacio la trama de su propio pensamiento.

Warburg escribió una carta a las autoridades de Hamburgo para defender la postura de que Enst Cassirer debía permanecer en la ciudad. En esa nota explicaba que el carácter de la biblioteca debía ser el de un nuevo lugar psíquico en el que las aspiraciones de Cassirer y de la Universidad de Hamburgo confluyeran en la misma función común: “mostrar el orden conceptual en un sentido psicológico-histórico como una oscilación intrínsecamente unitaria entre los dos polos”.

Nos advierte también Roberto Calasso que los buenos vecinos no siempre están juntos por afinidad personal. A veces se encuentran juntos porque han sido expulsados de otros lugares, por ejemplo, los libros muy altos que no entran en determinados estantes y terminan en zonas inalcanzables. También hay libros en las mesitas de apoyo que tienen en común comunicar algo intangible y esencial como el tiempo.

Existen además lo que Calasso llama “libros molestos”, los que incomodan a sus vecinos en el estante; son la contrapartida de “los buenos vecinos” por lo que es necesario aplicar en una biblioteca la regla de la exclusión.

No es fácil deshacerse de libros. Cuenta Calasso que Borges salía de casa con un paquete debajo del brazo, se sentaba en un café o en una librería y cuando partía dejaba los libros sobre la mesa esperando que nadie se los restituyera.

Y en cuanto a las librerías, existe una regla inmejorable: disponer los libros de manera tal que el libro comprado no sea aquel que se pensaba comprar antes de entrar.

Cada lector piense en su biblioteca. En la mía, el libro de Roberto Calasso está al lado de Sandro Botticelli de Aby Warburg y Las noches difíciles de Dino Buzzati que incluye el cuento fantástico “Los días perdidos”, donde el protagonista Ernst Kazirra se enfrenta con dolor a su propio tiempo perdido. Estos libros están esperando un buen vecino: la Filosofía de las formas simbólicas de Ernst Cassirer.

© LA GACETA

ELEN VICTORIA ACEVEDO.